¿Cómo eran las 'guerras literarias' en la época de Lope?
Los insultos y acusaciones entre escritores eran frecuentes en la época. Eran enfrentamientos agresivos, pero también muy ingeniosos, al fin y al cabo, el veneno salía de la pluma de sus talentos. Unos a otros se dedicaban versos altamente tóxicos, cargados de ironía y de sarcasmo.
Góngora llamaba borrachos a Quevedo y a Lope, mientras que a él le calificaban de “morisco”… De Quevedo decían que no tenía idea de griego y, además, que era “cegato”. Lope como cura era, para Góngora, una “enfermedad”. Y Cervantes se ganó adjetivos como “colérico, envidioso y mentiroso”. Todo ello circulaba en poemas firmados, en las ediciones de los textos, pero también en otras ocasiones en libelos anónimos. A Lope de Vega el que más le perturbó fue la Spongia.
– La Spongia es un libelo en forma de opúsculo latino, que apareció por Madrid en 1617 y que fue escrito por Pedro Torres Rámila, un maestro de Gramática. El autor, en unas pocas páginas y simulando ser una autoridad extranjera, atacaba fieramente la literatura y la vida privada ‘poco ejemplarizante’ de Lope de Vega.
– Lope y Cervantes se conocieron en 1583 en casa de Jerónimo Velázquez, padre de Elena Osorio. Entonces Cervantes reconocía el talento de Lope en Galatea (libro VI, Canto de Calíope) y Lope alababa a Cervantes en la Arcadia (1598). Parece que lo que desató la indignación de Cervantes fue la portada de El peregrino en su patria (1604), que llevaba un grabado del escudo del apellido Carpio, con diecinueve torres, una estatua de la Envidia, una leyenda en latín y para colmo un retrato de Lope con un soneto laudatorio firmado por Quevedo. Cervantes no pudo con tanta arrogancia y le dedicó un soneto en el que atacaba toda su obra dramática:
"Hermano Lope, bórrame el soné—
de versos de Ariosto y Garcila—,
y la Biblia no tomes en la ma—,
pues nunca de la Biblia dices le—.
También me borrarás La Dragóme—
y un librillo que llaman del Arca—
con todo el Comediqje y Epita—,
y, por ser mora, quemarás la Angé—,
Sabe Dios mi intención con San Isi—;
mas quiéralo dejar por lo devo—.
Bórrame en su lugar El peregri—.
Y en cuatro leguas no me digas co—;
que supuesto que escribes boberi—,
las vendrán a entender cuatro nació—.
Ni acabes de escribir La Jerusa—;
bástale a la cuitada su traba—."
Antes de la aparición del Quijote (cuyo privilegio es del 26 de septiembre de 1604) la obra se conoció probablemente manuscrita en los medios de la Corte, y Lope debió de tener acceso a ella, y leerla. Lope, totalmente descontrolado, escribió:
"Yo que no sé de los, de li ni le—
ni sé si eres, Cervantes, co ni cu—;
sólo digo que es Lope Apolo y tú
frisón de su carroza y puerco en pie.
Para que no escribieses, orden fue
del Cielo que mancases en Corfú;
hablaste, buey, pero dijiste mu.
¡Oh, mala quijotada que te dé!
¡Honra a Lope, potrilla, o guay de ti!,
que es sol, y si se enoja, lloverá;
y ese tu Don Quijote baladi
de culo en culo por el mundo va
vendiendo especias y azafrán romí
y, al fin, en muladares parará."
– Góngora a Lope:
“Dicen que ha hecho Lopico
contra mis versos adversos,
mas si yo vuelvo mi pico
con el pico de mis versos
a ese Lopico lo-pico”.
– Góngora a Quevedo y a Lope:
“Hoy hacen amistad nueva
más por Baco que por Febo
don Francisco de Que-Bebo
don Félix Lope de Beba”.
– Quevedo a Góngora:
“Yo te untaré mis versos con tocino
porque no me los muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino”.
– Góngora a Lope:
“Cura que en la vecindad
vive con desenvoltura
¿para qué llamarle cura
si es la misma enfermedad?”.
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